Chi Sustentable, la marca cordobesa creada por Federico Peralta y Josefina Ancarani en 2015, se basa en los principios de la estética japonesa del Wabisabi, que valora y rescata lo libre e irregular, entre otras cualidades. A partir de materiales de origen natural crean piezas atemporales y versátiles, “objetos deseados por las incontables veces que se usará; de esta manera, los agentes de cambio no sólo somos los productores, sino también los consumidores”, dice Josefina Ancarani.

¿Cuándo nació la marca?
Entre mediados de 2014 y principios de 2015 hicimos un curso sobre fieltro en la Universidad Nacional de Córdoba. Federico (Peralta) comenzó a indagar en todas las posibilidades que brinda esta antigua técnica generada gracias a una fibra local, natural y milagrosa como es la lana. Durante seis meses, él desarrolló una serie de sesenta prototipos de diferente índole, como objetos para el hogar y accesorios como bolsos, lámparas, posavasos, agarraderas y ruanas, solo por nombrar algunos. Para principios de 2016 nos largamos al mercado con nuestra marca Chi Sustentable en la Feria Internacional de Artesanías en la ciudad de Córdoba y, desde ahí, todo empezó a germinar.
¿Cómo fue que se decidieron por la sustentabilidad?
La idea de sustentabilidad se refleja desde nuestro statement: Cada instante es la vida. Creemos que nuestro logo es un panadero, una semilla que vuela. Si tiene las condiciones básicas para vivir, crecerá y se reproducirá con facilidad. Experimentamos la sustentabilidad como una analogía a esta perspectiva, ya que desde hace seis años nuestra marca sigue creciendo gracias a mínimas inversiones. Empezamos desde cero. Aprovechamos los conocimientos, las técnicas y los recursos que tenemos a mano para transformar una fibra en un producto terminado. Por ejemplo, nuestra primera fieltradora – que creó Federico (Peralta) con un motor de lavarropas – la mesa de una máquina de coser Singer y unos caños de PVC. Mientras tanto, seguimos aprendiendo.
¿Cuáles de sus procesos responden a principios sustentables? ¿Pueden seguir la trazabilidad de las fibras naturales?
Nuestro punto de partida es la fibra. Le damos valor agregado a la lana gracias al diseño y al trabajo artesanal con un tipo de producción que exige poco aporte de agua y energía. Buscamos que nuestras piezas sean atemporales y versátiles para prolongar su vida útil. Cuando trabajamos indumentaria Nuno felt – técnica japonesa donde se afieltra fibra de lana sobre un tejido – empleamos un tipo de moldería que casi no genera descartes. Solemos recuperar piezas de tejidos en desuso para ennoblecerlos con esta técnica. En el caso de los paños para tapados de invierno o bien mantas o alfombras, el desperdicio también es prácticamente nulo. Con respecto a la trazabilidad de las fibras naturales, la lana merino proviene de Los Gigantes (una hermosa zona alta de las Sierras de Córdoba) y la lana que usamos para piezas decorativas son de Luca, un pueblo cercano de donde vivimos. Nuestros proveedores son directos. Durante dos años también producimos en nuestro taller seda salvaje y logramos toda la trazabilidad. Adquirimos huevos de Bombyx Mori de Misiones y los alimentamos con hojas de Morera que abundan de forma endémica en la costanera de nuestra ciudad Villa María y Villa Nueva. Luego utilizamos los capullos para diversas piezas de paño y Nuno Felt. Todavía tenemos algunos para seguir produciendo. Indagando conseguimos un hilado de seda Bulky Nacional que lo supimos usar para cintos y tocados y pensamos implementarlos en futuros tapices. También importamos filamentos de seda que son de descarte de fábricas de Oriente, al igual que gasa de seda natural y de algodón de Asia. Pero estas importaciones son muy complicadas, esperamos que pronto podamos conseguir gasa de seda o algodón orgánico aquí en la Argentina. Estamos en eso.
Cómo encuentran a sus clientes y cuál es su respuesta a una propuesta de estas características.
Las ferias fueron la mejor manera de encontrar a nuestros clientes. Entre las mejores puedo mencionar a la de Pilar y el Hipódromo de Palermo, La Feria del Centro y Córdoba Diseña. Hace muchos años que vendemos en el Cabildo Histórico de la Ciudad de Córdoba, allí nuestro principal público es el turismo. En un primer encuentro con nuestros productos atrae su morfología, los clientes se sorprenden al tacto y ahí no lo dudan, saben que es diferente a lo masivo, que es perdurable, natural y heredable. La mejor respuesta es la fidelidad, nos escriben para saber qué hay de nuevo. Lo más lindo es escucharles decir que usan nuestros productos todo el tiempo; eso no tiene precio.

¿En qué están trabajando actualmente?
Seguimos con las piezas de indumentaria y objetos para el hogar. Hace dos incorporamos una línea de bolitas de pura lana para proveer al mercado mayorista. Eso nos permite mantenernos en el Slow Fashion. Nos damos el gusto de crear piezas únicas y más elaboradas. Ahora estamos lanzando un producto decorativo y funcional llamado StopBall, que consiste en grandes pelotas de fieltro de lana con macramé que protegen las paredes de los golpes de las manijas de puertas. Se asemejan a borlas decorativas. Seguimos indagando en las posibilidades de esta fibra natural, siempre surgen técnicas y acabados nuevos.
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Josefina es docente de la Tecnicatura Superior en Diseño de Indumentaria y Complementos ESBA de Villa María, Licenciada en Grabado y Diseñadora de Indumentaria y Textil.
Imagen superior: Lore González @ruteart
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