Foto: Elvis and Kreese.
La reutilización de descartes textiles en indumentaria es uno de los enfoques más visibles de la moda sustentable, probablemente porque décadas atrás, fue una expresión inicial de la “ropa ecológica”. Hoy sabemos que la moda sustentable contempla otros aspectos además del cuidado del medio ambiente: las condiciones de trabajo en los talleres, la producción local, el comercio justo, la recuperación de técnicas y saberes, cambios en nuestros hábitos de consumo, etc.. Si acompaña a esta evolución, el reciclaje sigue siendo un recurso exitoso. Y es más útil aún cuando se elige el reciclaje para resolver un problema ajeno a la moda.
Diseñando la solución a un problema
Por ejemplo Kresse Wesling, la co-creadora de la exitosa empresa de marroquinería Elvis and Kresse, cuenta cómo su proyecto original basado en la reutilización de las mangueras de incendio de los cuarteles de bomberos de Londres se convirtió en un modelo de negocio que cumple con el propósito de reciclar las mangueras desechadas por los cuarteles de bomberos del mundo entero. (1)
El diseño comienza tradicionalmente con una idea, para Elvis & Kresse, el diseño comienza con un problema. Es el material y la magnitud del problema quiénes dictan qué vamos a hacer y cómo.
Cuando la idea es concebida de esta manera, el material es constitutivo del producto diseñado. Y el éxito de la marca también tiene que ver con que sus diseños fueron bien recibidos por los consumidores de moda. Son prendas reales que llevan la sustentabilidad “a la calle”.
Hace 15 días se realizó un concurso de moda sustentable en el contexto del Designers Look BA, organizado por la Escuela Argentina de Moda con el auspicio de Brother. Participaron alumnas de esa institución y cada una presentó una mini colección de tres prendas basada en el material por ellas elegido: colillas de cigarrillo, mallas metálicas, sorbetes, papel, bolsas de verdulería, escamas de pescado, pomos de tintura para pelo, textiles reutilizados y fibras naturales.
Reciclaje de papel
La incorporación de material no convencional como accesorio en una serie de prendas es válida como ejercicio creativo, y simultáneamente corre el riesgo de perder el objetivo desde el punto de vista de la sustentabilidad. Ya sea porque no resuelve ningún problema desde la concepción de la idea, o porque las prendas en su carácter alegórico, no llegan a la calle. Exceptuando las colecciones de reutilización de textiles y de fibras naturales, que más allá de los gustos personales lucían ponibles y en las que el material elegido se supone constitutivo, las demás colecciones (en las que se veía el esfuerzo y trabajo de los diseñadores) parecieron responder más a un concepto de show sobre la pasarela, antes que a un objetivo y a una posibilidad real de trasladar esos diseños a una colección -ponible y vendible-.
Reutilización de fibras naturales
En un escenario tan complejo como el local, podemos procurar entender a la sustentabilidad como un camino que se basa en la suma de decisiones cotidianas en la vida de un diseñador o de una marca de moda: conocer el origen del material, elegir los talleres de confección, pensar desde el diseño cuál será la vida útil del producto y su descarte, etc.. Grandes desafíos a los que se enfrentarán cotidianamente los diseñadores que se están formando en los terciarios de moda y universidades argentinas.
Nuestro país es fuente de riqueza, no sólo como productor de materiales de lujo, sino que aún conserva el oficio y el artesanato de calidad.
La oportunidad para la moda sustentable argentina está planteada.
«Moda sustentable», Concurso Escuela Argentina de Moda junto a Brother
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