El 24 de abril, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York inauguró la mayor retrospectiva hasta la fecha del fotógrafo norteamericano Irving Penn (1917-2009), para marcar el centenario de su nacimiento. Como fotógrafo de moda, fue el autor de las imágenes de 165 portadas de la revista Vogue, más que ningún otro. Si bien el más reconocido, ese fue solo un aspecto de su carrera de 70 años. «La fotografía es simplemente el estado actual de la historia visual del hombre” dijo alguna vez. Con su cámara registró la Depresión (década de 1930), los años de posguerra, el nacimiento de la contracultura en las décadas de 1960-1970 y el crecimiento de la fotografía como arte en la décadas posteriores.
Su particular empatía lo convirtió en un retratista único, la misma con la que exploró otros géneros como el desnudo o la naturaleza muerta, su primer y más profundo amor por la fotografía. Tal vez el modo en que fotografía a las flores revele especialmente su entendimiento de la belleza y el compromiso con el sujeto a fotografiar. «Prefiero a las flores mucho después de que han pasado ese punto de perfección, cuando ya han comenzado a mancharse y a enrollarse en su camino de regreso a la tierra.»
La exposición en el MET hace un mapeo de la geografía general de su trabajo organizándolo en series. Compartimos parte de los textos curatoriales que van guiando el recorrido propuesto.
Early Street (Fotografía de calle temprana)
Penn adquiere su primera cámara, una Rolleiflex, en 1938 mientras trabajaba como ayudante de Alexey Brodovitch, el legendario diseñador gráfico y director de arte de Harper’s Bazaar. Sus primeros trabajos -estudios de vidrieras, anuncios escritos a mano y letreros en la vía pública de Filadelfia y Nueva York- reflejan la época de la Depresión al estilo documental.
Ta Tooin (The Bowery), Nueva York, ca. 1939
The Metropolitan Museum of Art, New York ©The Irving Penn Foundation
After-Dinner Games, Nueva York, 1947
The Metropolitan Museum of Art, New York, Cortesía The Irving Penn Foundation © Condé Nast
Existential Portraits (Retratos Existenciales), 1947–48
En 1945, después de servir en la guerra, Penn volvió a su trabajo en Vogue. El director de arte Alexander Liberman le pidió una serie de retratos de personalidades. Con menos de treinta años y aún poco conocido, Penn tuvo que buscar la forma de dirigir las sesiones con sus famosos retratados. Encontró que ubicarlos en el ángulo formado por dos paredes era una forma efectiva de controlar la interacción y ampliar sus respuestas. Otro esquema utilizado por el fotógrafo, consistía en una alfombra vieja arrojada por encima de unas cajas. Como en el caso de la esquina sin salida, esta inhóspita ‘tierra de nadie’ parecía acorde al tenor psíquico del momento de posguerra. En 1948 estos retratos duros y astutos le dieron nombre a Penn.
Truman Capote, Nueva York, 1948
The Metropolitan Museum of Art, New York ©The Irving Penn Foundation
In Vogue (En Vogue), 1947–51
Una vez que la destreza de Penn para el retrato quedó establecida, Alexander Liberman lo llevó a la moda. «Alex pensaba que yo era un poco salvaje», recordó Penn. Se le pidió que comprara una chaqueta de noche y asistiera a «las colecciones» de alta costura parisinas. Sin embargo, la competencia y el amontonamiento de fotógrafos y editores emocionados abrumaron a Penn. Prefería trabajar lejos de la batalla, sin artificios y en lo posible, en un estudio a la luz del día.
Glove and Shoe, New York, 1947
The Metropolitan Museum of Art, New York, Cortesía The Irving Penn Foundation © Condé Nast
En un antiguo edificio sin electricidad ni agua y varios pisos de escaleras desvencijadas, el que sería su estudio tenía una ventana orientada al norte. Penn estaba encantado con su lugar espartano de luz nacarada, con la moda magníficamente elaborada por Balenciaga y otros diseñadores, y con sus modelos. Elogió a una talentosa modelo, Lisa Fonssagrives, la ex bailarina que se convirtió en la primera supermodelo y esposa del artista La colaboración entre ambos dio lugar a un conjunto inigualable de imágenes.
Rochas Mermaid Dress (Lisa Fonssagrives-Penn), París, 1950
The Metropolitan Museum of Art, New York, Cortesía The Irving Penn Foundation © Condé Nast
Printmaking (Impresión)
Penn creía que existían muchas maneras de interpretar sus negativos durante el proceso de impresión, como se ve en las variantes de una misma fotografía como Girl Drinking, 1949. Experimentó con valores de luz y sombra, tonos, superficies del papel, color y escala. Mientras que la mayor parte de los fotógrafos buscan consistencia en la impresión, las variaciones significaban libertad para Penn: cada una denota un pensamiento diferente acerca de lo que la imagen debe expresar.
Girl Drinking (Mary Jane Russell), Nueva York, 1949
The Metropolitan Museum of Art, New York, Cortesía The Irving Penn Foundation ©Condé Nast
Cuzco, 1948
A finales de noviembre de 1948 Vogue envió al fotógrafo a Lima, Perú, para una producción de moda. Después de completar las sesiones con Jean Patchett, viajó solo a Cuzco, la ciudad espléndida de Los Andes. Penn rápidamente alquiló un estudio con luz natural de un fotógrafo local y produjo en tres días, cientos de retratos de residentes y visitantes de pueblos cercanos, todos con su tradicional ropa de lana. La serie Cuzco estableció los principios visuales y psicológicos fundamentales detrás de los retratos que Penn haría en los rincones más lejanos del mundo durante los próximos veinticinco años.
Cuzco Children, 1948
The Metropolitan Museum of Art, New York, Cortesía The Irving Penn Foundation ©Condé Nast
Small Trades (Pequeños Comercios), 1950–51
En julio de 1950, mientras fotografiaba las colecciones de alta costura en París, Penn comenzó una nueva serie de retratos de «pequeños comercios», un proyecto que continuaría en Londres y Nueva York. ‘Small Trades’ se convirtió en la serie individual más amplia de su carrera. Fotografió a comerciantes y vendedores ambulantes con sus herramientas y productos utilizando el mismo tipo de estudio, el mismo telón neutro de fondo y la misma iluminación que en las sesiones con modelos y la élite cultural.
Fishmonger, Londres, 1950
The Metropolitan Museum of Art, New York, Purchase, The Irving Penn Foundation ©Condé Nast
Con gracia y elegancia, Penn utilizó sus habilidades para hacer posar a las figuras y registrar cuidadosamente su fisonomía e idiosincrática vestimenta, herramientas y atributos.
Nudes (Desnudos), 1949–50
El primer trabajo del fotógrafo de este género fue en 1947. Dos años más tarde, volvió al tema y realizó una serie extendida siguiendo su deseo de retratar a «mujeres reales en situaciones reales». Sin la mirada de la moda y sin pacatería, la serie evolucionó en descubrimiento y experimentación. Penn acentuó el ultra-realismo en el proceso de impresión. De su dedicación obsesiva resultaron superficies granulares, polvorientas, que selectivamente velan o revelan las formas con el tono resplandeciente de un sueño.
Nude No. 72, Nueva York, 1949–50
The Metropolitan Museum of Art, New York ©The Irving Penn Foundation
Classic Portraits (Retratos Clásicos), 1948–62
Durante la década de 1950 y principios de los 1960, el ojo, la imaginación y la destreza técnica de Penn estaban siendo muy demandados. Quería que sus retratos fuesen pesados e irreducibles, como pinturas; también quería que los lectores de Vogue se detuvieran en esa página. Estudió el arte de Goya, Daumier, y Toulouse-Lautrec para analizar el enfoque, la iluminación y la inmediatez gráfica.
Marlene Dietrich, Nueva York, 1948
The Metropolitan Museum of Art, New York ©The Irving Penn Foundation
Lo esencial de su tarea era traspasar la armadura de las personalidades. Conoció a sus sujetos honesta y humildemente. Tomaban un café y conversaban relajadamente. Penn los alentaba a despojarse de sus defensas y a alinearse con su idea. Solo estaba satisfecho cuando se encontraban en un mismo territorio. El retrato resultante es como ningún otro: su concisión gráfica y agudeza psicológica son instantáneamente reconocibles.
Pablo Picasso at La Californie, Cannes, 1957
The Metropolitan Museum of Art, New York, © The Irving Penn Foundation
Cigarettes (Cigarrillos), 1972
Al igual que sus desnudos, los cigarrillos fueron incomprendidos. ¿Por qué hacer impresiones dolorosamente hermosas de algo tan bajo? En la década de 1950, cuando fumar estaba socialmente aceptado, Penn hizo retratos de personas fumando y anuncios de cigarrillos. Pero odiaba fumar. Su mentor y figura paterna, el director de arte Alexey Brodovitch -que nunca estaba sin un cigarrillo- había muerto de cáncer (1971). Por esos días, la brutalidad del racismo y la guerra de Vietnam revelaron una emergencia moral nacional, también evidente en una ciudad de Nueva York atormentada por el crimen, llena de escombros y al borde de la quiebra. Penn vio la relación extraña de las colillas con los individuos y su vínculo con una nación deshecha por la irresponsabilidad corporativa y gubernamental. Impresos en gran tamaño, estos frágiles remanentes de placeres momentáneos internalizan las miserias de la época y al estilo Zen, reconcilian lo bajo con lo bello.
Cigarette No. 37, Nueva York, 1972
The Metropolitan Museum of Art, New York ©The Irving Penn Foundation
Worlds in a Small Room (Mundos en una pequeña habitación)
Su paso por Italia y la India durante la II Guerra Mundial despertaron su deseo de fotografiar a personas de todo el mundo. De 1967 a 1971 vivió su sueño viajando para Vogue con su estudio portátil por el Pacífico y África.
Tribesman with Nose Disc, Nueva Guinea, 1970
The Metropolitan Museum of Art, New York ©The Irving Penn Foundation
«El estudio se convirtió, para cada uno de nosotros, en una especie de zona neutral. No era su hogar, yo había traído este recinto ajeno a sus vidas; no era mi hogar, obviamente yo había llegado de otro lugar, muy lejano. Pero en este limbo surgió una posibilidad de contacto que fue una revelación para mí y a menudo, podría decir, una experiencia conmovedora para los sujetos mismos, que sin palabras -sólo por su posición y su concentración- fueron capaces de decir mucho del abismo entre nuestros mundos diferentes.»
Three Asaro Mud Men, Nueva Guinea, 1970
The Metropolitan Museum of Art, New York ©The Irving Penn Foundation
Three Dahomey Girls, One Reclining, 1967
The Metropolitan Museum of Art, New York © The Irving Penn Foundation
Diana Vreeland, directora editorial de Vogue, estaba encantada con los trajes y adornos corporales, ya que le proporcionaron a la revista un material real para complementar las tendencias contraculturales de finales de la década de 1960.
Time Capsules (Cápsulas de tiempo)
Las expresiones de modernidad de los sesenta encarnan los años “youthquake” (un momento cultural influenciado por los valores, gustos y costumbres de los jóvenes).
Ungaro Bride Body Sculpture (Marisa Berenson), París, 1969
The Metropolitan Museum of Art, New York , Cortesía The Irving Penn Foundation © Condé Nast
Naomi Sims in Scarf, Nueva York, ca. 1969
The Metropolitan Museum of Art, New York © The Irving Penn Foundation
El tono más claro de estas imágenes produce fantasías nostálgicas y sugieren una pérdida de inocencia y una vanidad inútil. Mientras que su sentido de la belleza siempre incluyó la inevitabilidad de la decadencia, la muerte de su esposa (en 1992) y su propio avance en edad afectaron su perspectiva, convirtiendo su última etapa de la fotografía de moda en un espejo de la fugacidad de la vida.
Ingmar Bergman, Estocolmo, 1964
The Metropolitan Museum of Art, New York © The Irving Penn Foundation
Late Still Life (Naturaleza muerta tardía)
Penn logró mantenerse creativo a lo largo de sus sesenta y seis años en Vogue debido a la evolución constante de las exigencias editoriales y porque alimentó sus proyectos personales, como las exploraciones de la naturaleza muerta.
Deli Package, Nueva York, 1975
The Metropolitan Museum of Art, New York © The Irving Penn Foundation
Mouth (for L’Oréal), Nueva York, 1986
The Metropolitan Museum of Art, New York © The Irving Penn Foundation
Como montar un rompecabezas pero en tres dimensiones, el hábito de Penn era una forma de meditación creativa. Absorto en los materiales, consideraba los reinos imaginarios que residían en la vida de unos zapatos de cuero, una cacerola fundida o un pétalo de flor. Fue tan sensible a la carga emitida por los objetos como a la gracia de los individuos. Penn escuchó sus mensajes y los fotografió solos o en conversaciones, como sustitutos humanos.
Two Miyake Warriors, Nueva York, 1998
The Metropolitan Museum of Art, New York © The Irving Penn Foundation
Single Oriental Poppy, Nueva York, 1968
The Metropolitan Museum of Art, New York © The Irving Penn Foundation
«Personalmente, creo que la fotografía es una forma de superar la mortalidad.» Irving Penn
Créditos de la exhibición
‘Irving Penn: Centennial’ fue curada por Maria Morris Hambourg, Jeff L. Rosenheim, Joyce Frank Mensche. Fue organizada por el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York en colaboración con The Irving Penn Foundation.
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