En el marco del ciclo Webinar DC de la Facultad de Diseño & Comunicación de la Universidad de Palermo, el profesor Gustavo Lento presentó el conversatorio internacional “Nuevas tecnologías, redes y metaverso en indumentaria” junto a Andrés Jordan y Juan Carlos Pereira Paz, fundadores de la marca Juan de la Paz.
Compartimos algunos párrafos del encuentro que reflexiona, entre otras cosas, acerca de cómo la marca lleva adelante su estrategia de comunicación desde Bolivia para el mundo. El conversatorio completo, que tuvo lugar el 10 de agosto de 2022, puede verse aquí: Ciclo Webinar DC – CONVERSATORIO INTERNACIONAL
La agenda con los próximos encuentros se publica en el Instagram @lentomodeon
Gustavo Lento es diseñador, especialista en investigación de tendencias, metodología de trabajo y desarrollo de producto. Docente en la Universidad de Palermo en el área de Indumentaria (Facultad de Diseño y Comunicación). Creador del proyecto #LENTOMODEON.
Imagen superior: @serahreikka para Juan de la Paz en el Salar de Uyuni
Juan de La Paz es una marca sostenible radicada en Bolivia que desde 2009 propone un universo atemporal y una aproximación a un nuevo concepto de lujo. Fue considerada por Edward Enninful – director de la revista Vogue británica – como uno de los «15 increíbles diseñadores del mundo entero, quienes han puesto el respeto por los recursos del planeta en el corazón de sus prácticas.» (Enero, 2022). Desde su fundación en La Paz, la marca ha trabajado y colaborado con más de 30 comunidades artesanales, grupos, asociaciones y cooperativas diferentes en Bolivia, Perú y Brasil.
Párrafos del conversatorio
Gustavo Lento (GL): Juan de la Paz tiene un discurso muy completo. Su diseño se nutre de aspectos culturales en un contexto en el que el discurso de la moda ha sido bastante banal y plano. Ustedes aparecen en un momento en el que los consumidores – y la prensa – necesitan de las metáforas a las que ustedes recurren.
Juan Carlos Pereira Paz (JP): En Bolivia tienes que poner el cuerpo, tienes que estar. Nosotros proponemos una visión diferente. Por empezar, hablamos de la cuestión indígena vinculada a la moda, algo que todavía es difícil; no se habla de estas cosas sin despertar el rechazo de muchos. Buscamos descolonizar el lujo. Tenemos un compromiso real con las artesanas, eso atraviesa todo nuestro trabajo. Hablamos de impacto positivo, antes que de sustentabilidad. No medimos nuestro éxito en ventas, sino en proyectos que han mejorado la vida de las personas.
GL: Cuando nos adentramos en la industria de la moda sabemos de la importancia del contacto con un objeto vestimentario, cualquiera sea. En los últimos 100 años, ha prevalecido un acceso a tactos primordialmente sintéticos, a tal punto, que la humanidad ha perdido el sentido del tacto a lo natural. Me interesa profundizar sobre este tema con ustedes, porque entiendo que en la cultura boliviana todavía existe ese contacto con un tipo de belleza enlazado al hacer. En función de eso ¿Qué nos pasa al tocar un producto de Juan de la Paz?
JP: Me gusta pensar en el concepto de proxemia en relación a las cosas. Cuando más cerca estás, obviamente, más lo comprendes. El textil andino tiene un cuerpo y una presencia, tiene una fragancia: está vivo. No es una tela cortada, viene de algo, de un vegetal por ejemplo, que estaba vivo. La inteligencia táctil es un saber propio de las mujeres andinas. Desde niñas aprenden a sentir, a reconocer el tipo de fibra que es producto de su propia esquila. Cada filamento tiene una historia que contar. Nuestro desafío y nuestro trabajo es traducir todo esto a la moda.
El textil andino tiene un cuerpo y una presencia, tiene una fragancia: está vivo.
Juan Carlos Pereira Paz
GL: En un momento en la historia de la humanidad nos apareció una pandemia. Me gustaría saber cómo fue sostener la producción de la marca, tanto cultural como económicamente ¿Cómo hicieron para sobrevivir?
Andrés Jordan (AJ): Con Juan de la Paz siempre hemos tenido un enfoque global. Hemos desarrollado el proyecto para que sea una marca boliviana para el mundo, y eso nos ha ayudado mucho cuando tuvimos que dar un salto hacia lo digital.

JP: Nos ha tocado la pandemia junto con el golpe de Estado del 2019. El diseño de la colección 2020 gozó de un perfect timing, como dicen los gringos. La diseñamos en octubre del 2019, en el contexto de un paro de 21 días en el que no podíamos salir de casa. Ha sido una situación muy estresante. Entonces propusimos ropa bajo el concepto “quédate en casa” porque el afuera era hostil. Pijamas, batas, tejidos. Ya con la pandemia declarada y el cierre de las fronteras, en marzo, tuvimos que cancelar nuestro desfile que estaba listo para abril. Nosotros a las artesanas les tenemos que pagar, se venda la ropa o no, fue un esfuerzo económico de nuestra parte. Por otro lado, se revitalizaron los discursos acerca de la sustentabilidad y la web 2.0 cobró otra dimensión. Nuestro instagram de 3500 seguidores nos ayudó. Un día recibimos un mensaje de la curadora de la Mercedes Benz Fashion Week de Rusia invitándonos a participar digitalmente. Bien visionarios ellos.
GL: ¿Ustedes ya habían tenido un encuentro con lo digital? ¿Tenían algo preparado?
AJ: Ese fue nuestro primer encuentro, a principios del 2020.
JP: La plataforma rusa estandarizó el pedido de materiales: entregamos un fashion film y un look book. A raíz de eso tomamos contacto con una agencia de modelos digitales y decidimos hacer una producción de moda digital, la primera en Latinoamérica. La hicimos junto con Huawei y usamos nuestra plataforma DAB – Diseño de Autores y Diseñadores Bolivianos – para compartir estos pequeños clips en redes.
AJ: Elegimos a una modelo influencer digital. En los clips se generaban códigos QR para seguir al avatar en Realidad Aumentada RA. Fue gracioso, porque muchos creyeron que habíamos traído a una modelo francesa real. Ese mismo año, 2020, nos invitaron a participar del evento pionero en la región, el Brazil Immersive Fashion Week.

GL: ¿Cómo resolvieron la parte técnica?
AJ: Se trata de las industrias creativas. Empiezas a generar un ecosistema con programadores, diseñadores 3D. Nosotros proveemos las fotografías, medidas, textiles, la mayor cantidad de información posible. Ellos se encargan con eso de vestir a las avatares.
JP: Comienza a parecer como una característica de la pos pandemia: algunas industrias se diluyen, otras se unen. Todas estas cuestiones sobre la programación y el metaverso están súper cercanas a la moda. Existe una apertura en todos los profesionales alrededor del mundo hacia la materia.
GL: ¿Pudieron, en este tiempo, comercializar prendas con el avatar?
AJ: Sí, a través de la plataforma brasileña, pero todavía tenemos muchas cosas por resolver en cuanto a métodos de pago y demás. En Bolivia no tenemos Paypal, por ejemplo, pero estamos apostando a desarrollar lo que necesitamos para poder vender en dólares. Esta ropa podría venderse hasta en videojuegos.
GL: ¿Lo piensan como una unidad de negocios digital?
JP: Exacto. Es un producto sustentable que, además, te facilita la conexión con el resto del mundo. Podés contar una historia a través de un metaverso que te lleve a vivir una experiencia inmersiva en Charazani y conocer una cultura milenaria, por ejemplo. Es algo que va mucho más allá de la ropa.
GL: ¿Cómo sigue Juan de la Paz?
JP: Estamos enfocados en mostrar nuestras prendas en diferentes plataformas. Hay que tener en cuenta que nuestra escalabilidad es la capacidad de las artesanas, no se hacen 5000 ponchos en un mes. Este año tenemos otro evento digital en Brasil, la São Paulo Fashion Week (SPFW) que será el 19 de noviembre.
AJ: El desfile será “fígital”, es decir, físico y digital a la vez.
JP: estamos bien metidos en lo del metaverso, ya tenemos la ropa y estamos trabajando en el desarrollo tecnológico.
Si prescindiera de lo físico ¿Se puede seguir considerando moda o se convierte en otra cosa?
JP: yo creo que la moda ya se ha convertido en otra cosa. Ahora estamos pensando en la siguiente frontera: el web 3.0, el metaverso.
AJ: Creo que sí se puede seguir considerando moda. Si tenemos un diseño digital que, mediante un dispositivo, te lo puede poner… sigue siendo moda.
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