Desde el año 2014, la Facultad de Diseño y Comunicación de la Universidad de Palermo entrega el Premio Mujeres Creativas. Son las mujeres ganadoras de ediciones anteriores quienes eligen a las ganadoras del siguiente año. Las palabras de agradecimiento de muchas de las premiadas manifestaron una especial valoración a un reconocimiento que llega de sus pares. También coincidieron en el deseo y la necesidad de encontrar puntos de convergencia en los desacuerdos. El conjunto, diverso en ideologías y trayectorias, estuvo integrado por escritoras, artistas plásticas, mujeres de negocios, actrices, arquitectas, chefs, coreógrafas, investigadoras, docentes, periodistas, diseñadoras, entre otras representantes del campo de las artes, la cultura y las comunicaciones. El respeto por la honestidad intelectual con la que cada una lleva adelante su tarea prevaleció por sobre las diferencias. En un tiempo de ideas tan polarizadas como el que transcurrimos, el momento resultó una señal refrescante y esperanzadora.
¿Es ésta una característica de las mujeres? ¿Estamos más predispuestas a la conciliación? ¿Somos más flexibles frente a la rigidez de algunas estructuras? Más aún, ¿Existe un modo de ser creativo propio de las mujeres?
Para el libro ‘Girl on Girl: Art and Photography in the Age of the Female Gaze’ -marzo 2017- la periodista crítica de arte y curadora londinense Charlotte Jansen, reseñó 40 proyectos de mujeres que se fotografían a sí mismas o a otras mujeres. En la edición de mayo del British Journal of Photography dedicado a su trabajo, Jansen declaró confiar en que la mirada femenina es diferente. Ellas «ven el mundo de otra manera, en más colores y matices. Estamos empezando a ver ese mundo dónde sea que miremos.» No todos coinciden con las ideas de Jansen, pero sí existe una coincidencia global en la revisión de la mirada y el hacer de las mujeres. En abril de este año reseñamos algunas noticias sobre esta tendencia que sigue adelante. Cuando el análisis es retrospectivo, hace hincapié en dar visibilidad y reconocer la relevancia negada que tuvo el trabajo de mujeres creadoras en todos los ámbitos.
En este sentido, Oscar Echevarría, Decano de la Facultad de Diseño y Comunicación dijo: «Me parece que hay diferentes miradas, matices y estilos, es difícil hablar de una mirada femenina y una mirada masculina, o no femenina. Creo que en general, cuando la mujer explora su sensibilidad, descubre y avanza en un estilo muy particular que la diferencia. Quizás no le interesa explorar lo femenino desde lo cultural o desde su historia, pero cuando lo hace, aparecen ciertas características propias que se manifiestan en su modo de ser creativa».
Foto: Oscar Echevarría, Cecilia Roth y Ana Torrejón, Premio Mujeres Creativas 2017. Cortesía UP
El 4 de julio pasado abrió al público la exposición ‘Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda’ en el Museo Thyssen, Madrid. Marisa Fatás escribió en su columna para el diario El País de España: «Antes de dedicarse por completo a las artes decorativas, Sonia había estado centrada en la pintura. Sin embargo, se dice que por consejo de su marido o para evitar la competencia con él, durante el periodo de entreguerras, optó por la producción de objetos ornamentales y funcionales. A pesar de que esa decisión en un principio le apartó de la primera línea artística, pronto resultó ser muy acertada. Objetos de la vida cotidiana como textiles, cerámicas, carteles publicitarios, paraguas, sombreros o incluso un coche de la marca Citroën cobraban a través de su arte un nuevo significado. Con ella la vida diaria se llenaba de arte, a la vez que el arte cobraba vida». Lo que inició con la confección de una manta para su bebé recién nacido, terminó siendo el principal sostén de su familia.
Portada del libro ‘Girl on Girl: Art and Photography in the Age of the Female Gaze’ de Charlotte Jansen
‘Dreamers Awake’, la muestra colectiva en el White Cube (Londres) inaugurada el 28 de junio pasado, es otra de las exposiciones que por estos días propone reflexionar sobre algunos aspectos de la condición femenina en tiempo pasado y presente. «El Surrealismo tuvo una muy alta proporción de mujeres que se encontraban en el corazón del movimiento, pero bastante a menudo eran identificadas como ‘la musa de’ o ‘la esposa de’, explica la curadora Susanna Greeves. «Las mujeres fueron atraídas por los valores surrealistas, como la libertad personal y artística y el potencial creativo que ofrecía la exploración del inconsciente. Sin embargo, “desde la perspectiva actual, las políticas de género aparecen como el probable punto ciego de un movimiento que le declaró la guerra a la sociedad patriarcal, las convenciones y la conformidad». La exposición reúne esculturas, pinturas, collages, fotografías y dibujos desde la década de 1930 hasta la actualidad, incluyendo el trabajo de artistas contemporáneas y emergentes. «Reposeído por su dueña, el cuerpo fragmentado y sin cabeza del surrealismo se convierte en un vehículo de resistencia, humor, ironía y autoexpresión».
Jo Ann Callis, Untitled, from Early Color Portfolio, c. 1976. © Jo Ann Callis. Cortesía de la artista y ROSEGALLERY.
Este ánimo revisionista no se circunscribe al mundo arte. También se viene reconociendo el aporte histórico de las mujeres científicas, por ejemplo. De todas formas en algunas esferas como la laboral, parecería que aún resulta menos factible reconocer un modo propio y particular de las mujeres en las disciplinas técnicas o en los negocios.
Tal vez en una época en la que como nunca antes, estamos habilitados a revisar las cuestiones de género como construcciones sociales, podríamos pensar que esa mirada a la que identificamos como más empática, es independiente de la identidad sexual del portador.
Cualidades como la empatía, la capacidad de conciliar, la flexibilidad, la resistencia, la solidaridad, la elección por la no-violencia, el respeto por los otros y el entorno, son algunas de las que un mundo cada vez más frágil está demandando. La relevancia parece estar en la urgencia más que en la procedencia.
Siguiendo con las construcciones sociales, un reconocimiento de mujeres a mujeres es bienvenido y necesario para seguir cuestionando algunas de las lecciones mejor aprendidas del patriarcado. Como esa creencia que sostiene que las mujeres no somos solidarias entre nosotras, por ejemplo. Una de las merecedoras del Premio Mujeres Creativas 2017, la actriz Alejandra Radano, dijo que «la creatividad es una crisis de fidelidad, dado que no hay creatividad en la obediencia, ni en los modelos, ni en lo repetitivo.» Será cuestión de seguir desobedeciendo mandatos entonces, también más allá de nuestra identidad sexual.
Imagen superior: Vestidos simultáneos. Sonia Delaunay (1925) Foto cortesía del MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA
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